La cirugía pediátrica abarca el diagnóstico, seguimiento y tratamiento quirúrgico de un amplio abanico de patologías, desde incluso el periodo prenatal hasta que se completa el desarrollo y se alcanza la edad adulta. En la mayoría de los casos, se tratará de problemas relativamente leves o menores: hernias inguinales o umbilicales, maldescenso testicular, fimosis o frenillo lingual, entre otros. Aunque afortunadamente en esos casos no se trata de condiciones graves, ello no implica que no requieran la mejor atención especializada.

Otros problemas que trata la especialidad son malformaciones más complejas, como el hipospadias u otras alteraciones urológicas y renales, la atresia de esófago o la estenosis hipertrófica de píloro, o algunas condiciones a priori menos quirúrgicas, como los trastornos severos de la continencia urinaria o fecal.